La Ciudad reforzó los controles tras los desbordes en los bares
Al igual que lo sucedido en mayo con la salida de niños, y en junio con la habilitación de para los runners, el primer fin de semana con permiso para la apertura de bares en los casi seis meses que lleva el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, llegó con desbordes. La situación se había mantenido tranquila en los primeros días, pero las salidas del viernes trajeron, en muchos lugares, aglomeraciones de personas y uso incorrecto del tapabocas, además de falta de distancia entre las mesas.
Una vez difundidas las imágenes, no tardaron en llegar las críticas desde las redes sociales. Sin embargo, como en aquellas oportunidades, el Gobierno de la Ciudad decidió no dar marcha atrás con su decisión, y ratificó la medida. Sin embargo, prometió reforzar los controles para hacer cumplir el protocolo, acordado con las cámaras gastronómicas como condición para la habilitación.
Así, el sábado el escenario fue menos conflicto. Aunque no se vio merma de gente, sí se organizó de manera más ordenada la consumición en la vereda, al tiempo que el clima frío desalentó la concurrencia masiva. A pesar de ello, 12 bares fueron clausurados en la Ciudad por detectarse incumplimientos.
Estos se situaron en Palermo, Liniers, Agronomía, Constitución y Caballito y cometieron faltas graves, al mantener mesas y sillas fuera del horario permitido, permitir la venta de alcohol para take away después de las 20hs o hasta realizar fiestas en el interior de los mismos.
Las imágenes de la calle Donado en Villa Urquiza, o Honduras en Palermo, con las veredas con convocatorias no muy distintas a las del período pre-cuarentena, habían generado un repudio generalizado, y pedidos de intervención de las autoridades porteñas. El propio Jefe de Gabinete nacional, Santiago Cafiero, había exhortado a Horacio Rodríguez Larreta a hacer cumplir el protocolo, que impide que los clientes permanezcan en las veredas si no disponen de mesa, que se cumpla la distancia entre las mismas y obliga al uso de tapabocas, excepto al momento de estar bebiendo o comiendo.
Otro de los funcionarios que se expresó duramente fue el Ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Gollán. Él acusó a quienes se acercaron a los bares de “jugar al límite, a la ruleta rusa”, en referencia a la posibilidad de que estos hechos traigan un aumento en los contagios hagan colapsar a un ya saturado sistema de salud del Área Metropolitana.
Su par porteño, Fernán Quirós, tampoco esquivó la polémica. En su conferencia de prensa diaria, pasado el fin de semana, reconoció que lo sucedido “no había sido bueno”. Nosotros tenemos que ser capaces de construir ciudadanía. Debemos poder transitar el espacio público y abierto de manera cuidada y cumpliendo la normativa”, enfatizó el funcionario de la gestión de Rodríguez Larreta.