La pandemia provocó el cierre del bodegón El Obrero, histórico en La Boca
El pasado 30 de enero, el histórico bodegón “El Obrero” de La Boca bajó sus persianas. Pero no lo hizo como en cada jornada al finalizar la actividad. Sino que fue para siempre, o al menos por un tiempo, ya que la pandemia le impide seguir subsistiendo. Así, después de 66 años, un emblema boquense dice adiós, y es otra víctima en el rubro gastronómico de la grave crisis económica.
Sin embargo, lo sucedido a comienzos de 2021 es apenas el golpe de gracia, de un final que se venía produciendo hace bastante tiempo. “El Obrero” estuvo cerrado durante ocho meses en el tiempo más duro de la cuarentena, ya que no disponía de clientela y formato como para abrir con la modalidad “take away”, la que permitía el Gobierno de la Ciudad.
Su reapertura se produjo en noviembre, pero ya no fue lo mismo. Por falta de seguridad, no podía utilizar las mesas situadas en el exterior, y en el espacio interno tenía capacidad limitada. Además, como medida de protección, se le exigió que retire de las paredes las camisetas y banderines que le daban su más profunda identidad.
Durante el tiempo de cierre, debió solicitar un préstamo de 700 mil pesos para readecuarse en la “nueva normalidad”. Además, pagó parte de los sueldos con el ATP, aunque en dos meses no lo percibió, mientras que la Ciudad únicamente le condonó un bimestre del pago del ABL. La dura situación fue clarificada por Silvia Castro, dueña del lugar, que en diciembre había llevado a cabo un dramático pedido de ayuda para garantizar la subsistencia.
No hubo caso. “El Obrero”, situado en Agustín R. Caffarena 64, a la vuelta de la Usina del Arte, cerró sus puertas. No obstante, su dueña asegura que no alquilarán ni venderán el local ni el fondo de comercio, aguardando una mejora económica, y que gracias a la vacunación masiva se reactive el turismo, clave para su funcionamiento. Por ahora, se trata de un cierre por tiempo indeterminado.
“El Obrero”, considerado Bar Notable en la Ciudad de Buenos Aires, había sido fundado por Marcelino Castro en 1954. Junto a Lidia, que vivía detrás suyo, formaron una numerosa familia. Sus hijos Silvia, Pablo y Juan Carlos se hicieron cargo de la fonda una vez que su fundador falleció. Pasaron por allí estrellas como Francis Ford Coppola, Robert Duvall y Bono.
Una milanesa napolitana con papas fritas, una porción de rabas y una tortilla española, platos tradicionales de los inmigrantes, fueron los últimos que salieron de la emblemática cocina de este bodegón, todo un ícono en La Boca y Buenos Aires.