Buscan colocar una placa en la casa en la que vivió Astor Piazzolla, a 100 años de su nacimiento
La figura de Astor Piazzolla es una de las más importantes que tuvo la cultura de la Argentina, y dejó su huella en la Ciudad de Buenos Aires. Este año se cumplen 100 años de su nacimiento y un grupo de legisladores impulsa que se le realice un homenaje en Balvanera, barrio en el que supo residir.
La intención es fijar una placa en la casa de Entre Ríos 505, esquina Venezuela, en la que el tanguero vivió en su estadía en Buenos Aires. Para ello, tres diputadas porteñas del bloque “Vamos Juntos” presentaron un proyecto de ley para que se lleve a cabo el homenaje. La placa haría referencia al centenario del nacimiento de Piazzolla, que se conmemorará este 11 de marzo.
“Piazzolla pudo conseguir el respeto y la admiración de la sociedad argentina y del mundo. El artista dejó un legado de más de 600 obras compuestas. Este número abarca desde suites hasta conciertos para bandoneón, conciertos para orquesta, tangos, piezas para piano y guitarra solistas, una ópera-tango y 44 bandas sonoras para cine. Entre sus temas más representativos se encuentra: Lo que vendrá, Adios Nonino, Maria de Buenos Aires, Balada para un loco, Chiquilín de Bachín, Las cuatro estaciones porteñas, Libertango, Oblivio, Ave María, Concierto para bandoneón y orquesta: Aconcagua”, detalla el proyecto, que lleva la firma de las legisladoras Natalia Fidel, María Luisa González Estevarena y Paola Michielotto.
Para las autoras, “resulta relevante mantener vivo el legado” del tanguero, homenajéandolo en el lugar en el que vivió. Piazzolla nació en Mar del Plata, pero en 1938 se radicó en Buenos Aires, donde pudo integrar la orquesta de Aníbal Troilo.
Los años 60 fueron la época dorada de Piazzolla en lo referido al reconocimiento. “Aclamado en sus giras por Europa, Sudamérica, Japón y Estados Unidos, se prodigó en conciertos con el Quinteto, orquestas sinfónicas, cuartetos de cuerdas, su sexteto y presentaciones como solista”, destaca el proyecto, que fue girado a la Comisión de Cultura.
El bandoneonista murió en Buenos Aires el 4 de julio de 1992, después de sufrir una trombosis cerebral. Sin embargo, su legado se mantiene latente en el territorio porteño. Para todo el tango y la música nacional, es reconocido que la gran cantidad de títulos de su obra tuvo influencia sobre los mejores creadores de su época y dieron al género un rostro renovado, acercando al tango argentino y a nuestro país a todo el mundo.