Desmantelan banda de narcotraficantes que operaba con un bebé en la calle
La Policía de la Ciudad arrestó a cinco individuos, tres de ellos pertenecientes a una misma familia, acusados de vender drogas en la Plaza Lola Mora. Durante tres allanamientos en los barrios de Monserrat y Constitución, se incautaron dos ladrillos de marihuana, una bolsa con más de un kilo de cogollos, cocaína fraccionada y dinero en efectivo.
Los agentes verificaron que los vendedores, acompañados de un carrito con un bebé, esperaban en un banco de la Plaza Lola Mora —conocida por su mural gigante de Diego Maradona— a que llegaran los compradores, observando el intercambio de la transacción.
La investigación, llevada a cabo por la División Investigaciones Antidrogas Zona IV de la Policía de la Ciudad, comenzó en abril tras las denuncias de los vecinos.
Después de las tareas de campo, los oficiales pudieron identificar los roles de las personas investigadas y las direcciones que la organización criminal utilizaba como base para almacenar, fraccionar y estirar las sustancias.
Con las pruebas obtenidas, la fiscal Cecilia Amil Martin, a cargo de la Unidad Fiscal Especializada en la Investigación de Delitos Vinculados con Estupefacientes (UFEIDE), solicitó al Juzgado en lo Penal, Contravencional y de Faltas N°28, bajo la dirección de la Dra. María Julia Correa, que emitiera las órdenes de allanamiento correspondientes.
Como resultado del operativo, se detuvo a cinco personas y se incautaron dos ladrillos de marihuana que pesaban 654 gramos; una bolsa con cogollos de marihuana de 1331 gramos, un trozo de la misma sustancia de 400 gramos y 14 bolsas que sumaban 344.8 gramos, además de tres balanzas de precisión, $134,000 en efectivo, siete celulares y diez envoltorios con cocaína que pesaban 12.26 gramos.
Dinámica de la banda
Las detenciones de los cinco imputados se realizaron en el interior de la Plaza Lola Mora. Dos hombres, quienes cumplían el rol de cabecillas y jefes de la organización, y tres integrantes de una familia (dos mujeres y un hombre), que actuaban como colaboradores, fueron arrestados. Los delincuentes utilizaban a menores de edad como “pantalla” para ocultar su actividad ilícita, y operaban desde una calesita, lo que dificultaba su detección.
Tras las detenciones, se llegó a un acuerdo en juicio abreviado. Se solicitó al juzgado la condena de uno de los imputados a 3 años y seis meses de prisión. Una de las mujeres recibió una condena de 2 años de cumplimiento efectivo. Otros dos imputados fueron sentenciados a un año de prisión en suspenso, mientras que el quinto involucrado fue sometido a medidas restrictivas.
El uso de bebés en la venta de drogas es una táctica que algunos delincuentes emplean para evitar la detección policial y disimular sus actividades ilícitas. Aquí hay algunas formas en las que se puede utilizar a los bebés en la venta de drogas:
Pantalla de Inocencia:
Los traficantes piensan que la presencia de un bebé puede hacer que los policías y transeúntes sospechen menos de sus actividades. La percepción común es que una persona con un bebé es menos probable que esté involucrada en actividades delictivas.
Distracción:
Los delincuentes pueden utilizar a un bebé para desviar la atención de las autoridades o de posibles testigos. La atención que requiere un bebé puede servir como una distracción para ocultar transacciones de drogas.
Transporte de Drogas:
En algunos casos, los traficantes pueden ocultar drogas en los objetos del bebé, como pañales, cochecitos, o mochilas de pañales, pensando que es menos probable que estos objetos sean revisados minuciosamente.
Movilidad y Acceso:
Un adulto con un bebé puede moverse con mayor libertad en lugares públicos y tener acceso a áreas donde la vigilancia policial es menor o donde no se espera que se lleven a cabo actividades ilícitas.
Cobertura Familiar:
Los traficantes pueden presentarse como familias normales pasando tiempo en parques o plazas, lo que reduce la sospecha sobre su presencia y actividades.
Interacción con Compradores:
La presencia de un bebé puede hacer que las interacciones con los compradores parezcan más naturales y menos sospechosas, ya que pueden parecer simples conversaciones familiares.
Reducción del Riesgo de Intervención Policial:
Las autoridades pueden ser más reacias a intervenir cuando hay niños presentes, debido a las preocupaciones sobre el bienestar del menor y la necesidad de actuar con mayor precaución.
El uso de bebés en estas actividades no solo pone en riesgo la seguridad del niño, sino que también añade una capa de complicidad y manipulación a las actividades delictivas, haciendo aún más condenable el comportamiento de los traficantes.