Operativo en Flores: así impactó en la seguridad y el comercio local

Operativo en Flores: así impactó en la seguridad y el comercio local

Un mes después del megaoperativo que puso fin a la venta ilegal en las calles de Flores, los comerciantes formales celebran un aumento en las ventas, mayor seguridad y una mejor circulación en la zona.

La avenida Avellaneda, anteriormente ocupada por más de 5.000 manteros, luce despejada y con un renovado dinamismo comercial.

El Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, recorrió la zona este sábado y conversó con comerciantes y vecinos.

«Siempre vamos a estar del lado de los comerciantes formales, que invierten, generan empleo y pagan sus impuestos. Algunos decían que sacábamos a los manteros y al mes iban a volver.

Vamos a sostener presencia policial permanente para garantizar que vecinos y comerciantes puedan vivir y trabajar tranquilos», sostuvo el mandatario.

Un cambio positivo para el comercio y la seguridad

El operativo del 14 de febrero abarcó 32 manzanas de Flores y respondió a denuncias sobre trabajo clandestino y trata de personas en talleres textiles de la zona.

La acción se dio en calles clave como Avellaneda, Nazca, Bacacay, Helguera y Argerich. Desde entonces, los comerciantes destacan un repunte en sus ingresos y una notable mejora en la seguridad.

«Antes la gente evitaba la zona por la cantidad de manteros y la inseguridad. Ahora, el movimiento comercial se reactivó», aseguró Adrián, propietario de un local de indumentaria.

Las autoridades han reforzado la vigilancia con presencia policial y un equipo de 30 inspectores del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana que relevan la zona diariamente. Además, se instalaron 35 contenedores antivandálicos para optimizar la limpieza del barrio.

Política de recuperación del espacio público

Este operativo forma parte de una estrategia más amplia del gobierno de la Ciudad, que en los últimos meses desalojó manteros de otros puntos críticos, como la peatonal Florida, el barrio de Once y la calle Perette en Retiro.

«La buena noticia es que a los comerciantes les va mejor, porque antes venía menos gente y además competían con manteros que les hacían competencia desleal afuera», expresó Macri durante su recorrida.

Otra de las medidas adoptadas fue la entrega de mercadería incautada en operativos a familias damnificadas por las inundaciones en Bahía Blanca.

Un camión con más de 200 bultos de ropa salió el viernes con destino a la ciudad bonaerense, tras la autorización de la Justicia y la intervención de la Fiscalía N° 35 de Celsa Ramírez.

El debate sobre los manteros y el futuro del comercio en la Ciudad

Si bien muchos aplauden la medida, hay sectores que plantean la necesidad de generar alternativas para los manteros desalojados.

Organizaciones sociales han expresado su preocupación por la falta de alternativas laborales para estos trabajadores informales. «No es suficiente con desalojarlos; hay que darles opciones reales de trabajo formal», expresó un vocero de una ONG de asistencia social.

El gobierno porteño, por su parte, sostiene que las ferias barriales y los centros de microemprendedores pueden ser una salida para los exmanteros.

Además, se está impulsando un proyecto de ley para endurecer las penas contra quienes lucren con la extorsión en el espacio público, lo que incluiría sanciones más severas contra quienes organizan la venta ilegal en las calles.

El desalojo de manteros en Flores es un reflejo del debate en torno a la economía informal y el ordenamiento del espacio público.

A un mes del operativo, los comerciantes formales ven un impacto positivo en sus ventas y la seguridad, mientras que el gobierno refuerza su política de control y regulación. La discusión, sin embargo, sigue abierta.

Los manteros de Flores son vendedores ambulantes que históricamente ocuparon las veredas de la avenida Avellaneda y calles aledañas en el barrio porteño de Flores, comercializando todo tipo de productos, desde ropa y calzado hasta accesorios y artículos electrónicos.

Su presencia se intensificó en la última década, convirtiéndose en un fenómeno masivo que generó tanto adhesión como rechazo dentro de la comunidad.

¿Quiénes son los manteros y qué hacían?

Los manteros son trabajadores informales, en su mayoría inmigrantes de países como Bolivia, Paraguay y Perú, aunque también hay argentinos.

Muchos de ellos comenzaron a vender en la vía pública debido a la falta de oportunidades en el mercado formal o por las dificultades económicas. Utilizaban mantas extendidas en la vereda para exhibir su mercadería, de ahí el término “manteros”.

Los productos que vendían eran en su mayoría prendas de vestir, zapatillas y accesorios, a menudo adquiridos en talleres textiles clandestinos, en ferias mayoristas o, en algunos casos, ingresados de manera irregular al país.

Esta práctica se expandió al punto de ocupar cuadras enteras de la avenida Avellaneda, una zona comercial clave en la Ciudad de Buenos Aires.

Las problemáticas asociadas a los manteros

Si bien la venta ambulante ofrecía una alternativa de ingresos para muchas familias, su proliferación generó diversos conflictos:

Competencia desleal

Comerciantes con locales establecidos denunciaban que los manteros vendían productos similares sin pagar alquileres, impuestos ni servicios, lo que generaba una diferencia de costos significativa y afectaba su rentabilidad. Muchos negocios reportaban una caída en sus ventas debido a esta situación.

Ocupación del espacio público

El crecimiento descontrolado del comercio ambulante hizo que muchas calles y veredas quedaran prácticamente intransitables.

Esto no solo dificultaba la movilidad de los peatones, sino que también afectaba la seguridad y el orden en la zona.

Inseguridad y mafias organizadas

Con el tiempo, detrás del comercio informal comenzaron a operar redes organizadas que controlaban los espacios donde se instalaban los manteros, cobrando “peajes” o alquileres por los puestos en plena calle.

Estas mafias también estaban vinculadas a talleres textiles clandestinos, donde se fabricaban muchas de las prendas que luego se vendían en la vía pública.

Condiciones precarias de trabajo

Muchos manteros trabajaban en condiciones extremadamente precarias, expuestos al clima, sin protección social ni acceso a derechos laborales básicos.

En algunos casos, se detectaron situaciones de explotación laboral o incluso trata de personas dentro de la cadena de suministro de mercadería.

Las medidas tomadas por la Ciudad

En los últimos años, el gobierno porteño implementó diversas estrategias para erradicar la venta ilegal en Flores y en otros puntos conflictivos como Once y la peatonal Florida.

Se realizaron desalojos masivos y operativos de control, además de ofrecer alternativas como ferias legales o programas de capacitación para la reinserción en el mercado formal.

Sin embargo, estas iniciativas no siempre lograron absorber a todos los trabajadores informales afectados, lo que generó críticas de algunos sectores sociales.

El debate sigue abierto: mientras los comerciantes formales celebran el ordenamiento del espacio público, las organizaciones de manteros y derechos humanos reclaman más opciones para quienes quedaron sin sustento tras los operativos.

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